En la actualidad se necesitan dos ítems urgentemente. El primero es Cristo como vida, y el segundo es la iglesia, el Cuerpo de Cristo, como expresión de Cristo. “Como cristianos, aquellos que han nacido de nuevo, debemos ver la revelación de Dios en cuanto a Su propósito eterno. El día ha de llegar en que veamos definitivamente que en este universo Dios tiene un plan divino, un plan eterno, que Él formuló en la eternidad y para la eternidad. Si no vemos esto, seremos cristianos cuya condición está por debajo de la norma divina. A fin de ascender a la norma, debemos ver el plan eterno que se nos revela en todas las Escrituras”.

A fin de cumplir el propósito eterno de Dios, necesitamos conocer a Cristo como nuestra vida. El propósito eterno de Dios es forjar a Cristo en nuestro ser y hacer que Cristo sea vida para nosotros. Luego, cuando experimentamos a Cristo como vida, automáticamente tendremos la vida de iglesia; llevaremos a cabo la vida del Cuerpo de Cristo, la iglesia. Cuanto más experimentemos a Cristo como nuestra vida, más desearemos tener comunión con los hermanos y hermanas y relacionarnos con otros cristianos. Por tanto, cuanto más tomemos a Cristo como nuestra vida, más practicaremos la vida de iglesia. Esto es lo que el Señor está buscando hoy: un grupo de personas que paguen el precio para llevar a cabo la vida de iglesia.