Si el hombre no tiene la vida de Dios, está completamente muerto. En la Biblia la única vida que cuenta es la vida de Dios. Así que tener vida es tener a Dios, y expresar esta vida equivale a expresar a Dios. La vida no es diferente a Dios. Además de saber que tenemos vida, debemos estar conscientes de que la vida que tenemos es Dios mismo.